domingo, 16 de marzo de 2014

03 Hoy y Mañana

"Check the date / Take the flight".

Quienquiera que sea la persona detrás de la nota, ha evitado dejar muestra de su caligrafía, así que Angel memoriza su contenido en el mismo Arial 10 con el que se ha compuesto y vuelve a guardarla en el sobre junto con el pasaje Madrid-Atenas de mañana domingo 22 de marzo.

Se sienta delante de su escritorio y comienza  a hacer acopio de datos y a las seis de la mañana  ya ha obtenido algunos resultados a pesar del cansancio. La memoria de su teléfono la encuentra borrada, sin registro de llamadas ni mensajes. Al menos la SIM se encuentra activa. En cuanto al ordenador, parece que todo está ahí, que el sistema de encriptación de su disco duro ha sido capaz de evitar la intrusión en sus archivos. Sin embargo desecha este pensamiento casi instantáneamente, un disco duro no puede ser un problema para quien haya hecho volatilizarse a su familia en mitad de la noche, simplemente el contenido de su disco duro no interesaba.  Revisa el estado de sus cuentas bancarias, todo en orden.

Se siente a merced de la situación, pero al mismo tiempo intenta estructurarse para reaccionar: "Necesito método", se dice. En un folio en blanco y como tantas otras tantas veces, decide describir los hechos relevantes e intentar elaborar un camino crítico para resolver el problema. Sin embargo el sonido de su móvil le interrumpe apenas garabateadas cuatro líneas: NUMERO OCULTO parapadea frente a sus ojos. Decide contestar.

Alguien que se identifica como del servicio de atención al cliente de Iberia le informa de que se le está esperando en la puerta de embarque número 25 de la Terminal 3 del aeropuerto de Barajas. Angel replica que debe tratarse de un error, que su vuelo no sale hasta mañana, día 22. La voz femenina insiste: efectivamente el vuelo está previsto para HOY, día 22. "Check the date" Abre entonces la edición digital de un periódico al azar y para su asombro acredita que su interlocutor lleva razón, que los golpes siguen cayendo. Se obliga a no bloquearse, a subirse a la ola de una vez. La mujer al otro lado del teléfono le confirma que tiene instrucciones claras de no dejar salir el vuelo sin él, y se ofrece a enviarle un taxi inmediatamente a su domicilio.Angel acepta, cuelga el teléfono y se precipita a organizar su equipaje.



Ha perdido un día, pero ni un segundo más.

En la puerta del aeropuerto, hasta cinco personas del personal de tierra de Iberia le asaltan cuando ni siquiera ha salido del taxi, le arrastran instalaciones adentro mientras que los unos se ocupan de su equipaje, los otros de su documentación de vuelo y pasaporte. En apenas diez minutos se encuentra sentado en un asiento business con un Gin Tonic en la mano, en un avión junto con doscientas personas más, a punto de despegar.

Conforme el avión acelera Angel cierra los ojos, y aprovecha el momento de elevación del avión para desconectar su cabeza, que pide a gritos un descanso. Apenas el aparato se estabiliza siente el sueño vencer su´última resistencia. En ese momento un golpe violento y sin embargo indoloro lo rescata del trance. En el asiento junto a la ventanilla opuesta, un hombre inmenso, de rasgos germánicos y cabellera rubia, le escruta a través de sus grandes ojos verdes con la almohada culpable todavía entre sus manos.

- ¿Carlos? - acierta a preguntar Angel

- Buenos días Analista - la máscara del hombre compone una sonrisa- ¿Qué, perdiendo el tiempo?

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