domingo, 13 de julio de 2014

07 Salida Nocturna

Fuera de la casa, de frente a la puerta principal, duda si echar la llave. Meses preparando ese momento, y siente el fracaso llegar en forma de pequeños detalles. En un instante se rehace, se calma  y gira sobre sí misma. Allí están sus hijos, cogidos de la mano a la intemperie,  muertos de sueño, frío y miedo. Marcos habla a su hermana, intenta reconfortarla, le dice lo que su madre no para de repetir, que papá se reunirá con ellos mañana.

María coge a sus hijos, cada uno de una mano, y avanza calle abajo, hacia el extremo oriental de la urbanización. Más allá el camino continúa, pero no así el alumbrado. Hace frío, se detiene para asegurarse de que los niños están adecuadamente abrigados, ajusta sus gorros, abrocha aquí y allá los botones perezosos de sus abrigos, les abraza y les dice que tienen que ser valientes. Pilar a duras penas puede contener sus lágrimas, se siente triste y desorientada, pero nota la mirada severa de su hermano sobre ella y no quiere defraudarle.